Si después de tanto retocar tu maquillaje, al momento de salir a la calle terminas víendote como si llevaras una máscara, es posible que la temperatura de color de tus lámparas te haya engañado.

Lo importante es lograr un efecto natural en tu piel, además de recomendarte que también maquilles tu cuello para crear una transición más sutil, te damos unos tips para que encuentres la mejor iluminación:

Busca lámparas con temperatura de color cerca de los 3500K, que queda bien en casi todos los tonos de piel. Si la luz tiene una temperatura de color más alta (“blanco frío”) puedes cometer el error de ponerte rubor o bronceador de más para compensar esa aparente falta de color, además de resaltar todo tipo de imperfecciones y exagerar con el corrector.

En cambio, si la temperatura de color es muy baja (“blanco cálido”) puedes tener la ilusión que tu piel tiene tonos más cálidos y corres el riesgo de usar una base de maquillaje más oscura que tu tono de piel o no corregir errores que se disimulan por el tono amarillo de la luz.

¡Ahora ya lo sabes! La iluminación que utilizas para maquillarte puede dejarte lista para una portada de revista o para ponerte una bolsa de papel.

Tip extra: Evita maquillarte en el metro, la iluminación en los vagones tiene un IRC muy bajo y una temperatura de color irregular.