¿Qué tenemos en común las personas durante el confinamiento y los astronautas en el espacio? Insomnio.
Sabemos que los astronautas experimentan muchos cambios en su rutina y estilo de vida cuando se encuentran en el espacio, incluso, deben prepararse con meses de anticipación para que su cuerpo se adapte.
Más allá de los datos que parecen salidos de una película de ciencia ficción y que tanto nos impresionan —como la gravedad cero, comida en cápsulas y accesorios sanitarios—, uno de los cambios que sufren y que nosotros los simples mortales no obviamos, es el exceso de luz artificial.
Probablemente, el actual confinamiento que vivimos como consecuencia de una pandemia global nos ha acercado un poco a ese estilo de vida que nunca imaginamos viable: poca actividad física, buscar soluciones para ejercitarse dentro de casa, pocos momentos al aire libre, mantener las luces encendidas en todo momento y exceso en el uso de pantallas digitales. Así, el insomnio fue uno de los primeros efectos de esta nueva normalidad.
De la misma manera, los astronautas en el espacio han reportado una mala calidad en el sueño y la NASA ha realizado algunos estudios sobre los efectos de la luz en el cuerpo humano. Te compartimos algunas de sus observaciones que quizá puedan ayudarte en tus rutinas durante el confinamiento.
Reloj biológico
En lightroom.lighting hemos hablado repetidamente sobre el ciclo circadiano, ese ritmo biológico gracias al cual nuestro cuerpo funciona día a día y que se activa principalmente por la luz. De igual manera, necesitamos la oscuridad para mantener un equilibrio, es decir, la luz nos activa y la oscuridad nos ayuda a descansar. Cuando alteramos ese ritmo nuestro organismo comienza a afectarse poco a poco propiciando la aparición de algunas enfermedades como obesidad, diabetes, afecciones cardiovasculares, entre otras, y la primera señal es el insomnio.
¿Cómo es un día en una estación espacial?
La Estación Espacial Internacional orbita alrededor de la Tierra dando una vuelta completa cada 90 minutos. Por lo tanto, los astronautas experimentan 16 amaneceres y atardeceres en un periodo de 24 horas, alternando 45 minutos de luz y 45 minutos de oscuridad. Como es de esperarse, esto interrumpe completamente el ritmo biológico al que estamos acostumbrados los humanos en la Tierra.
Las luces de la estación espacial
Con el fin de mejorar la calidad de vida de la tripulación, se han hecho cambios en la iluminación dentro de la Estación Espacial Internacional. Lo principal es lograr simular el ciclo de día-noche de 24 horas que se vive en la Tierra; para lograrlo las luces artificiales se encienden en su punto más brillante por 15.5 horas y se atenúan durante 8.5 horas para marcar el horario de sueño.
Por cuestiones de seguridad, las luces dentro de la estación no pueden apagarse completamente, pero sí atenuarse en el nivel mínimo permitido para que el cuerpo reciba las señales de luz adecuadas. Además, la temperatura de color en la luz también se adapta, emitiendo mayor rango de azules durante las horas de actividad y concentración, cambiando a un rango más cálido en el horario previo a las horas de sueño.
Así, tanto en el espacio como dentro de casa, una vez más confirmamos lo importante que es limitar nuestras horas de exposición a la luz azul y tratar de respetar el ritmo de la luz natural para no alterar nuestros ciclos de sueño. Finalmente, el mejor consejo para las noches de insomnio es evitar recurrir a tu teléfono móvil o pantalla de TV, pues las ondas de luz azul que emiten activará de nuevo tu organismo y será más difícil volver a dormir.