Cuando nuestros ancestros perseguían mamuts para comer y nuestro techo era la bóveda celeste, descubrimos en el fuego el aliado que necesitábamos para adentrarnos en la cueva y la excusa ideal para reunirnos en torno a su luz y calor. Ahí empezamos a contar historias con nuestras manos y descubrimos que la sombra que se proyectaba en la superficie también era nuestra amiga.

Este acontecimiento nos abrió un nuevo mundo y nuestra mente y ojos se conectaron de una manera totalmente nueva, dejamos de conformarnos con mirar y aprendimos a ver y observar; realizamos una conexión entre el cerebro, los ojos y la luz. Sin embargo, en algún punto del camino nos perdimos, y hoy, miles de años después comenzamos a perder nuestra capacidad de asombro.

Howard M. Brandston es uno de los más reconocidos Lighting Designers con una trayectoria llena de proyectos icónicos como lo son la Estatua de la Libertad y las Torres Petronas. Con esta presentación Brandston no necesita más legitimidad para llevarnos de vuelta a la cueva para aprender a ver nuevamente.

El libro se encuentra escrito de forma que despierta la curiosidad por el conocimiento. Conforme pasemos las hojas descubriremos cómo la luz puede ser tan humana en nuestras casas y tan divina en nuestra ciudad; entenderemos que transmitir emociones es su finalidad y más aún aprenderemos a comunicarnos con luz. La última parte del libro es la más compleja debido a su carga técnica pero no se preocupen pues el autor se encarga de hacernos llega bien preparados a este punto.

Al final del día, llegarán a su casa y en el momento que enciendan la luz y el espacio cobre vida, se darán cuenta de una gran verdad: todos somos iluminadores.