El verano llegó y estamos listos para disfrutarlo al máximo pero, aunque no lo percibamos así, los días comienzan a acortarse poco a poco. ¿Cómo ocurre este fenómeno astronómico?
Como cada año, el verano llegó en el hemisferio norte y su inicio se marca con el solsticio que generalmente ocurre entre el 20 y 21 de junio. ¿Qué es el solsticio y por qué ocurre? Más que ser una fecha marcada en el calendario, los solsticios son fenómenos astronómicos relacionados con las estaciones. Solsticio proviene del latín solstitium que significa Sol quieto, y se ferie a los momentos en los que el Sol alcanza su menor o máxima altura conforme al cielo de la Tierra. En el caso del verano es el punto más cercano y en el invierno el más alejado.
¿Se acortan los días?
Pues como sabemos, la Tierra es redonda —sí, aunque usted no lo crea— y el sistema solar funciona en movimientos rotatorios elípticos. En su rotación, la Tierra se aleja o se acerca al sol a través de esta elipse, al mismo tiempo que gira en su propio eje y cuando uno de los hemisferios se encuentra al punto de la elipse más cercano al Sol, ocurre el verano.
Desde el solsticio de invierno (punto más alejado del sol) la Tierra comienza a acercarse poco a poco hasta alcanzar el punto más cercano, en el solsticio de verano y lo mismo ocurre a la inversa. Por lo tanto, aunque no sea muy fácil percibirlo, a partir del solsticio de verano los días comienzan a acortarse.
Aún así, durante el verano seguimos estando muy cerca del sol y es el momento perfecto para realizar actividades al aire libre y ahorrar energía eléctrica al aprovechar al máximo las horas de luz natural.