La naturaleza siempre nos brindará los mejores y más impresionantes espectáculos visuales. Aunque los humanos intentamos imitarla desde el arte o el diseño, nada puede igualar los efectos y sensaciones que se logran de manera natural. Entre esos espectáculos que se han vuelto casi mitológicos por su majestuosidad, se encuentran las auroras polares.
Aunque, como su nombre lo dice, este fenómeno lumínico se produce principalmente en los polos de la Tierra, también podría observarse desde otros lugares. Sin embargo, la contaminación lumínica lo hace cada vez más imposible, por lo que son muy pocos los afortunados que llegan a presenciarlas en vivo.
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Sled Hotel se encuentra en Kilpisjärvi, Finlandia, y ha desarrollado un programa turístico junto a Kilpissafarit con un proyecto que ofrece hospitalidad a los aventureros que se atreven a viajar al extremo polar de Finlandia para presenciar la aurora boreal en las noches, en medio de las montañas y casi a la intemperie. Con cuartos individuales que en realidad son «trineos» —sled en inglés— cerrados con techos de cristal para que los huéspedes puedan ver las luces del norte y la noche estrellada desde la calidez de su cama.
En uno de los lugares más remotos del mundo, Kilpisjärvi, Finlandia, donde sigue predominando la vida salvaje, los viajeros pueden disfrutar de todas las comodidades de un hotel convencional y alquilar uno de estos trineos por una noche para vivir esta mágica experiencia.
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Debido a que esta parte del mundo suele tener inclemencias climáticas extremas, los cuartos-trineo se rentan solamente en temporadas, pero sin duda es un atractivo turístico para los cazadores de espectáculos lumínicos naturales.
#LightFact
¿Cómo se forma una aurora polar? El campo magnético terrestre nos protege de los vientos solares, que no son otra cosa más que corrientes de partículas liberadas desde la atmósfera del Sol. Cuando estas partículas chocan con el campo magnético se mueven a hacía las partes más débiles de este, que se encuentran en los polos. Al entrar por este punto más débil y chocar con las partículas de la atmósfera, las partículas solares crean impresionantes listones de luz que principalmente van desde los tonos verdes y amarillos, en algunos casos azules y violetas y, en escasas ocasiones, rojos.