¿Son las tecnologías de control automático de iluminación, la nueva versión del sereno?

Hace unas semanas lightroom.lighting cumplió 3 años y se merece un gran festejo con todo y sus “mañanitas”. “Las Mañanitas” es una canción tradicional mexicana, que originalmente se reservaba para cantar al pie de la ventana de las jóvenes casaderas justo al momento del amanecer llenando de elogios a la festejada en cuestión y, ahora, es imprescindible en cualquier festejo cumpleañero de nuestro país. Los mexicanos tenemos la tradición de cantar esta melodía justo antes de soplar las velitas del pastel y es entonada alegremente por todos los invitados. La versión más común es la del ídolo Pedro Infante, en la cual se hace referencia a un personaje que al día de hoy nos resulta completamente ajeno: el sereno.

El sereno apareció en el siglo XVIII en España y posteriormente en América Latina, y era el encargado de encender y apagar las candilejas que servían como alumbrado público. Antes de la aparición del sereno, el encendido y apagado, así como el mantenimiento de los sistemas de iluminación urbana, corría a cargo de los vecinos de la calle; pero, en 1798 se creó este personaje, no solo como un switch humano, sino como un vigilante nocturno que tenía las llaves de los accesos a la ciudad y estaba en contacto con cuerpos de auxilio para poder atender rápidamente cualquier emergencia que se llegara a presentar.

Evidentemente la incorporación de equipos de iluminación eléctrica cada vez más sofisticados derivó en la desaparición de los serenos hacia finales de la década de los 70 del siglo pasado y al día de hoy se ha sustituido en muchas ciudades por elementos electrónicos que pueden ir, desde fotosensores incorporados en cada luminario para encenderlos y apagarlos dependiendo de la cantidad de luz solar que se tenga en el ambiente, hasta complejos sistemas de automatización que regulen no solo encendido y apagado de los equipos, sino la cantidad de flujo luminoso en su salida dependiendo de las fechas, hora del día, tránsito en las vialidades, etc.

Si bien, la tecnología puede quitarle un poco de romanticismo al uso y operación de la iluminación urbana, no cabe duda que con la densidad de población que tenemos en las grandes ciudades, estos modernos sistemas han ayudado enormemente a hacer más eficiente el consumo de la energía eléctrica y del trabajo de las personas que llevan su operación.