Medir la luz es un problema algo complejo, por un lado podemos establecer la cantidad total de luz emitida por una fuente luminosa, por otro lado podemos calcular cuanta luz llega a una superficie, y también podemos medir la luz que emite una lámpara en una dirección determinada gracias a las candelas.
¿Para qué nos sirve medir candelas?
Si alguna vez te has topado con un catálogo profesional de lámparas o luminarios, habrás notado que para algunos productos, se indica la intensidad luminosa en vez del flujo luminoso, dicho de otro modo, indican candelas cuando lo común es encontrar la cantidad de lúmenes.
Esto se debe a que el flujo luminoso nos indica cuanta luz es emitida por la lámpara en todas direcciones, mientras que la candela nos dice cuanta luz es emitida en una dirección y solamente en un ángulo determinado. Cabe destacar que ninguna de las dos escalas esta relacionada con distancia. Medir candelas es muy útil cuando queremos saber cuanta luz ofrece una lámpara con reflector, que emite casi toda la luz en una dirección.
Cuando hablamos de lámparas con reflector es más útil hablar de candelas que hablar de lúmenes.
La definición de candela dice así: Es la intensidad luminosa en una dirección dada, de una fuente que emite una radiación monocromática con una frecuencia de 540×1012 hercios y de la cual, la intensidad radiada en esa dirección es 1/683 W por estereorradián.
… y como sabemos que puede resultar algo complicada, aquí va una explicación:
Empezamos por mencionar que cuando se comenzó a establecer las diferentes escalas para medir la luz, se utilizaban velas (en inglés candle) con características específicas con la intensión de facilitar la repetición del experimento, y es a partir del uso de estas velas que esta magnitud toma su nombre.
Con el paso del tiempo se fue haciendo necesario establecer métodos más finos para controlar las variables durante las mediciones y así alcanzar mayor precisión. Por eso es que se toman dos referencias muy especiales:
La primera es la frecuencia de 540×1012 hercios, que corresponde a la longitud de onda electromagnética de 555 nm, que dicho de una manera más simple, es el color verde, elegido por ser la parte del espectro electromagnético a la que el ojo humano es más sensible.
La segunda es la intensidad radiada de 1/683 W, que es la forma de expresar el brillo que emite 1cm2 de platino calentado a su temperatura de fusión.
Y luego entra una tercera variable, el estereorradián, que es un cono referido a una distancia relativa: el radio de una esfera. No está referido a una distancia con una unidad definida. Un estereorradián es un cono cuyo vértice se encuentra en el centro de una esfera y cuya base es igual al radio de dicha esfera.
Esto quiere decir que no importa cual sea la distancia, la cantidad de luz que llega a la base del cono es siempre la misma, ya que la luz viaja en línea recta. Dicho de otro modo, si imaginas dos esferas concéntricas con una fuente luminosa en el punto central y luego dos líneas que formen un ángulo que limite a una parte de ambas esferas, es más sencillo visualizar que la luz llega con menor intensidad en la superficie más lejana, aunque es la misma cantidad de luz, esta se distribuye en un área mayor.
Tal vez esta sea una de las unidades más complicadas de explicar, pero espero haber sido claro. Esta explicación es necesaria porque en un futuro hablaremos de algunos temas relacionados con ella.
Advent. Christopher Bulle/ © CC – (bulle_de en Flickr.com) 2009Ilustración:
Marcos Martínez
Luis Sarracino Ruiz
Excelente explicación y fácil de entender.
Lo felicito.
Me sirvió mucho su aportación.
Adrian Moncada
Muchísimas gracias Luis, nos encanta saber que nuestro contenido puede ayudar a alguien a comprender mejor la luz, no olvides seguirnos en nuestras redes.