La historia tardó en reconocer la importancia de los descubrimientos que realizó Tesla, pero actualmente su vida es celebrada y admirada.
La originalidad siempre se reconoce a primera vista, sin embargo, a veces las personas más brillantes no son las que dicen serlo o no se reconocen oficialmente. Muchos personajes realmente extraordinarios han pasado por la historia con un bajo perfil, sin ser muy reconocidos en la época que les tocó vivir; tal es el caso del que, hasta hace poco, ha sido valorado como el más grande genio del siglo XX: Nikola Tesla.
La mayoría de los científicos actuales reconocen que la oscuridad en torno a Tesla se debe a sus excentricidades durante los años decadentes de su vida: su intención de comunicarse con otros planetas y la producción de rayos mortales, por mencionar solo algunas. Ahora es sabido que muchos de estos fantásticos experimentos de Tesla son científicamente exactos y funcionales.
Simplemente, le ha tomado demasiado tiempo a la humanidad ponerse al día con las asombrosas ideas de un hombre que murió en 1943.
Tesla sufrió de problemas financieros en su vida adulta, por esto se vio forzado a mudarse de hotel en hotel. A menudo dejaba baúles de documentos como garantía por sus deudas; estos baúles, los cuales fueron desesperadamente buscados después de la muerte de Tesla, son testigos de su proceso creativo y la increíble vida que llevó secretamente.
Algunos artículos de periódicos que datan del tiempo de la muerte de Tesla, relatan la posible existencia de más de una docena de grandes cajas con notas de este genio que jamás fueron encontradas por el gobierno. Estas podrían todavía estar en algún lugar del mundo, esperando a que un individuo afortunado redescubra sus secretos perdidos.
Tesla conoció a Edison al trabajar en su empresa como ingeniero eléctrico, en donde progresó rápidamente y contribuyó al desarrollo de motores y generadores, rediseñándolos para evitar las fallas. Sin embargo, este trabajo nunca le fue debidamente pagado ni reconocido por parte de Edison, quien pasaría a los libros de historia como el inventor de la lámpara incandescente.
La prensa de la época también indica que Tesla y Edison pudieron haber ganado el premio Nobel en 1915, pero que debido a la envidia de Edison, al tratar de minimizar los logros de Tesla, ninguno lo ganó a pesar de sus grandes contribuciones a la ciencia.
Tesla logró transmitir la energía electromagnética sin cables, construyendo el primer radiotransmisor y presentó la patente en 1897, dos años antes que Guillermo Marconi lograra su primer transmisión de radio, quien al querer patentarlo fue rechazado por considerarse un plagio a Tesla por lo cual hubo un juicio que falló a favor de Tesla en 1943. Aún así, Marconi es a quien la historia reconocería como el inventor de la radio.
Tesla también tenía un lado artístico y espiritual, tradujo poemas de Jovan Jovanovic Zmaj y estuvo fuertemente influenciado por la filosofía védica, en tal medida, que después comenzó a nombrar algunos conceptos fundamentales sobre materia y energía con palabras en sánscrito.
Se dice que Nikola Tesla tampoco hacía muchos planos, si no que memorizaba todo y tenía una gran capacidad inductiva haciendo que algunos de sus estudios fueran un tanto indescifrables, ya que ideaba los estudios de cabeza o solo con una imagen.
Hoy, la genialidad de este inventor y científico es inspiración para nuevas investigaciones y grandes avances tecnológicos que siguen transformando nuestra forma de vida y entorno.