Las industria de la iluminación y las aplicaciones basadas en la luz han evolucionado de manera acelerada en los últimos años, a la sombra de este gran crecimiento se ha generado uno de los problemas más grandes que afectan la vida de las personas: la contaminación lumínica.
Algunas investigaciones han arrojado que las personas y los animales son regidos, durante su día, por una serie de ciclos y procesos orgánicos tales como el ciclo circadiano. Dicha regulación, entre otros factores, se deben principalmente a la acción de la melatonina.
La melatonina es, en esencia, la principal hormona implicada en la regulación de los periodos de sueño y vigilia.
A la melatonina se le atribuye ser la responsable de una gran cantidad de procesos dentro de nuestro cuerpo tales como la regulación de la temperatura, el desarrollo sexual, también como antioxidante o inmunoestimulante, entre otras, pero ninguna tan importante como su impacto en el ciclo del sueño.
En el ser humano la producción de melatonina está relacionada con la cantidad de luz que recibe. La ausencia de luz es percibida por la retina, aumentando la producción de melatonina durante la noche y reduciéndose drásticamente con la presencia de luminosidad.
La exposición a fuentes de luces artificiales puede alterar gravemente la calidad de sueño de las personas.
En la actualidad se ha probado la administración de melatonina por vía oral gracias a su fácil producción y sintetización, lo que ha despertado el interés para usarla en el tratamiento del insomnio a la par que se continúan las investigaciones al respecto. Sin embargo, antes de acudir a cualquier remedio de laboratorio, lo mejor será respetar nuestros ciclos de sueño que al menos tienen que durar siete horas diarias.
De manera reciente, los diseñadores de iluminación y empresas de producción de lámparas y luminarios han presentado productos y proyectos innovadores en los que se disminuye de manera drástica la iluminación innecesaria y aprovechan al máximo las fuentes de luz, sin que esta sea excesiva. Aun así, sigue siendo recomendable no exponerse por tiempos muy prolongados a fuentes de luz artificial, especialmente antes de las horas de sueño.