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Más Luz por menos Watts (PARTE 1)

La forma de producir luz a partir de la electricidad ha ido evolucionando desde que la usamos para remplazar al fuego y los combustibles hace más de 130 años. En general, cada nueva fuente luminosa ha  logrado superar a la anterior en términos de la cantidad de luz emitida y la energía eléctrica que consume. La relación entre el flujo luminoso y el consumo se conoce como eficacia energética.

Una lámpara más eficaz contribuye a reducir el consumo de energía eléctrica.

Actualmente existen muchos tipos de lámparas que utilizamos para transformar energía eléctrica en energía lumínica. Las más comunes son: la incandescencia, la incandescencia halógena, la fluorescencia, la descarga y los LED.

Cada una de estas tecnologías tiene características diferentes que la hace más adecuada para ciertas aplicaciones. Son diferentes las tecnologías que se usan para el hogar a las que se usan para las aplicaciones industriales, la iluminación urbana, los corporativos o los escaparates de tiendas. Esto se debe a las diferencias en el Índice de Reproducción Cromática, temperatura de color, potencia, flujo luminoso, tensión, carga térmica e incluso costo de instalación y mantenimiento.

Las lámparas de vapor de sodio emiten una luz de tonos naranja con un bajo IRC (lado izquierdo). La diferencia es notable contra otras tecnologías cuya eficacia es menor pero que tienen una mejor reproducción cromática (lado derecho).

 

Lo más recomendable es elegir una lámpara poniendo atención a sus características. Cuando lo que buscamos es ahorrar energía, se deben buscar lámparas con una mayor emisión de flujo luminoso y una potencia menor, es decir, con una mayor eficacia energética.

Entre mayor sea la eficacia de una fuente luminosa, mayor es el ahorro en energía eléctrica. Sin embargo, la elección de una lámpara depende de las necesidades del espacio a iluminar y la actividad que se realizará ahí, ciertos tipos de luz pueden responder mejor cuando se tiene claro cuáles son las necesidades de iluminación.

Para entender de forma más sencilla este punto preparamos la siguiente tabla:

En la tabla se puede apreciar dos puntos importantes:

1. Las lámparas de vapor de sodio son las mejores en cuanto a eficacia energética 🙂 pero son muy deficientes en reproducción cromática 🙁

2. Las lámparas incandescentes tienen una menor eficacia energética 🙁 aunque tienen una excelente reproducción cromática 🙂

Usar como único criterio de elección a la eficacia energética para especificar una lámpara puede resultar en un proyecto de iluminación deficiente. Siempre es recomendable hacer un estudio de las actividades y necesidades de cada espacio para cualquier aplicación luminosa.

En el siguiente artículo presentaremos una explicación más detallada de los datos que se presentan en la tabla de Eficacia Energética.

 

Fuente de imagen:

ON halogen lamp filament micro (area size 4x3mm)

© CC – (ptr-an en Flickr.com) 2007

Orange Plague (Alberta, Canadá) Kurt Bauschardt

© CC – (kurt-b en Flickr.com) 2015

At the Museum (Granada, España) Landahlauts

© CC – (landahlauts en Flickr.com) 2010

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