Fotones al borde de un ataque

We eat light, drink it in through our skins.
– James Turrell

¿Qué necesitamos para probar que la tecnología y el diseño desempeñan un papel crucial en la promoción de la cultura de la luz y el desarrollo de la iluminación?

Las aulas de la educación básica están llenas de clases, exposiciones y exámenes sobre ciclos que suceden de manera natural: el ciclo del agua, la fotosíntesis, la cadena alimenticia y el ciclo de la vida. Sabemos que la luz es importante para las plantas, lo mismo que el agua y los nutrientes que necesita para la vida. Pero ¡¿qué hay del ciclo circadiano?! Millones de niños pasan años en sus aulas sin saber nada al respecto y un fotón muere de tristeza cada vez que una persona vive sin conocer la importancia del ritmo circadiano en nuestras vidas.

No estamos seguros si la enseñanza del ciclo del agua nos ha ayudado como sociedad para tener mejores condiciones hídricas. Pero, sin temor a exagerar, podemos asegurar que un entedimiento temprano de nuestro ritmo circadiano nos acercaría a un mundo más consciente y más sostenible.

En un universo ideal, la enseñanza de nuestro reloj biológico y la forma en que estamos conectados al comportamiento de la luz también abre la posibilidad para que niños y niñas puedan soñar con ser astronautas, supehéroes, cronobiólogos o diseñadores de iluminación.

La luz es, sin lugar a duda, un requisito imprescindible para la existencia de la vida y estamos seguros de que el aumento de conciencia es la única vía para resolver los retos que afronta la sociedad contemporánea.

Creemos firmemente que la luz es un eje medular para el desarrollo de la sociedad en todos los niveles y por ello trabajamos para reconocer su importancia y la de la tecnología asociada a ella. En pleno siglo de la fotónica, el estudio multidisciplinario de la luz es un voto de confianza para forjar un futuro mejor para millones de mujeres y hombres en la búsqueda del desarrollo sostenible.

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