La experimentación y entendimiento de los materiales que caracterizaba a Ingo Maurer, ha dejado objetos de estudio para quienes nos dedicamos a la creación de objetos de luz.
Como cada mes de mayo, conmemoramos un año más del natalicio de uno de los personajes más influyentes y poderosos en el mundo del diseño y la iluminación. Diseñador gráfico de profesión, tipógrafo y diseñador industrial por vocación, Ingo Maurer nació en 1932 en Reichenau, una pequeña isla del Lago Constanza al sur de Alemania.
Sus estudios profesionales los realizó en Múnich para después trasladarse en 1960 a Nueva York y San Francisco, en donde trabajó como diseñador gráfico independiente. Regresó a Alemania en 1963 y fundó Design M, la firma de diseño de luminarios que posteriormente llevaría su propio nombre.
Es común hacer referencia a Maurer cuando se habla de innovación en el diseño de iluminación, pues su experimentación y entendimiento de los materiales y el diálogo con la luz nos ha dejado objetos de estudio para quienes nos dedicamos a la creación de objetos de luz. Diseños como Oh Mei Ma Weiss o Floatation nos permiten ver con claridad la precisión técnica de sus diseños, entendiendo las capacidades de los materiales para reflejar, transmitir y descomponer la luz de maneras puntuales y elegantes que resultan en objetos atractivos, funcionales y siempre revolucionarios.
Es impresionante el profundo análisis del comportamiento de la luz que realizaba Ingo Maurer para presentarnos siempre objetos que nos invitan a la contemplación y a su uso en nuestros proyectos.
Al revisar su trabajo, podemos entender que la innovación no tiene un origen único. Puede nacer del uso de materiales inesperados, de la creación de formas y siluetas que resalten los atributos de los materiales con la luz; también surge de utilizar procesos de fabricación poco comunes para el equipo de iluminación o del uso de nuevas tecnologías. Pero, lo que no podemos obviar, es su profundo análisis del comportamiento de la luz para presentarnos siempre objetos que nos invitan a la contemplación y a su uso en nuestros proyectos.
Como Maurer nos ha enseñado, diseñar luminarios es un proceso complejo en donde debemos tener en cuenta los factores estéticos del objeto, la integración en proyectos de interiorismo y su relación con el ojo humano. Va más allá de hacer objetos bonitos y ponerles un punto de luz en alguna parte, debemos recordar que las protagonistas somos las personas que habitamos los espacios iluminados y que estos objetos que diseñamos nos deben ayudar a ver mejor.
Celebremos la creatividad, la innovación, la luz y tomemos la responsabilidad de diseño en nuestro quehacer cotidiano.