La reproducción de color de un luminario no solo es importante para los expertos en iluminación, existen otras disciplinas que han desarrollado nuevas escalas como el TLCI.
El CRI o IRC no solo influye a la hora de elegir nuestros jitomates en el súper. Hay muchas industrias que se dedican a venderte esos mismos jitomates, pero lejos de un aparador y hacen que se te antojen desde la comodidad de tu casa. O bien, otras disciplinas deciden poner en la sala de un museo un hermoso jitomate rojo para que puedas comprarlo en miles de dólares. Para lograrlo, ninguno de esos profesionales usa el mismo tipo de iluminación que usan en el supermercado.
Por ello, les hablaré un poco de algunas de las escalas que se usan para medir la exactitud con la que una fuente de luz puede reproducir los colores; esto es importante porque no todas las lámparas pueden reproducir todo el espectro de color. Empecemos esta batalla tan colorida definiendo un poco a cada una de estas escalas:
CRI / IRC
Color Rendering Index / Índice de Reproducción Cromática
Es una medida que nos ayuda a determinar qué tan real es el color que puede reproducir una fuente de luz, tomando en cuenta una tabla de ocho colores. En su mayoría, estos colores tienden a ser tonos pastel, por lo que la saturación de colores no es lo suyo. Esta escala va del 0 a 100.
Hay otros CRI, como CRI R9 o extendidos, que toman como referencia hasta 15 muestras de color y ayudan a que los luminarios reproduzcan colores más saturados y colores de piel más naturales, que en algunos casos son difíciles de reproducir.
TLCI
Television lighting consistency index / Índice de consistencia de iluminación de televisión
La luz no solo se percibe con los ojos, también con los sensores de las cámaras de video que intentan reproducir lo que nuestros ojitos ven de manera natural. En muchos de los casos, estos sensores llegan a simular nuestra visión de forma muy precisa, pero no pueden interpretar los colores de la misma manera.
El TLCI tiene similitudes con el CRI, ambos se miden del 0 al 100 y requieren una tabla de colores para medir la calidad de consistencia de color. La diferencia radica que en lugar de usar entre 8 y 15 colores, el TLCI usa 24 colores que tal vez muchos de nosotros reconocemos en sesiones fotográficas o levantamiento de video. Quizás te interese comprar alguna de estas tablas.
Este sistema de medición fue desarrollado específicamente para televisión y, aunque no ha sido adoptado por todos los medios de producción audiovisual, es una herramienta que ayuda a reducir los tiempos de producción. Cuando el valor supera 90, el etalonaje se facilita ya que solo será necesario realizar ajustes mínimos para lograr la apariencia adecuada. Debajo de los 90 —y mientras más bajo sea el número— será más laborioso hacer la corrección de color para lograr un color natural y la apariencia que se necesite en la producción.
Entonces, ¿TLCI es mejor que CRI?
Depende. Por ejemplo, si trabajas en una producción cinematográfica te será muy útil el TLCI, pues requieres un mejor rendimiento de color. De otra manera no es necesario tener un luminario con TLCI alto.
¿El TLCI es importante para alguien que se dedica a producir video?
Sí. Hay cosas muy importantes a la hora de producir un video y no siempre tendremos la oportunidad de grabar con luces de más de 90 TLCI, debido a su costo. La recomendación es usar luces de gran calidad ya que la postproducción no siempre lo puede todo.
Hay marcas dedicadas a tener un TLCI alto, como Aputure, que todas sus luces son TLCI 95+. Si no te es posible conseguir alguna de éstas, intenta con equipos con un CRI alto o CRI R9 o mejorado, ya que es posible que tengan un buen TLCI.
¿EL TLCI es importante para alguien que NO se dedica a producir video?
Desde mi punto de vista, no. No importa si rentas tu casa o alguna locación para producciones, la mayoría de las veces se usan luminarios especializados que no es necesario que estén instalados en la locación.
Es la hora de la verdad, ¿CRI o TLCI? Nuestra referencia para entender el mundo siempre será la luz solar y hay que tener claro que es un patrón difícil y, muchas veces, costoso de homologar. El rendimiento de color es uno de los factores que define la calidad de la luz y es por ello que es importante definir desde el principio, sin importar el tipo de proyecto, si la reproducción cromática es importante para el resultado final, ya sea una intervención espacial o una salida multimedia.