El arte y la luz siempre han estado ligados. Hace unas semanas hablamos de la importancia que la iluminación natural tiene en la Arquitectura. Pero, ¿qué pasa con las demás disciplinas artísticas? A lo largo de la historia del Arte, la iluminación ha jugado un papel vital, ya sea como elemento modelador, o como elemento simbólico.
Fuego en el inicio.
Marc Azéma, (arqueólogo y cineasta francés), llevó a cabo un estudio que muestra cómo, ya en el arte rupestre, existió un uso consciente de la luz como herramienta puesta al servicio del arte. Algunas pinturas encontradas en la Cueva de Lascaux, en Francia muestran figuras de animales representadas aprovechando ciertos relieves de la piedra, con varias cabezas, múltiples extremidades… pero, si en lugar de observar esas pinturas bajo la luz eléctrica, plana y constante, las observamos bajo la luz palpitante del fuego y aprovechamos las sombras generadas por los relieves de la roca, entonces las figuras pasan a convertirse en imágenes animadas. De hecho, bajo estás figuras se han encontrados signos de un fuego fijo que demuestran la intencionalidad de este efecto.
En otros casos, se descubrió que al recorrer las grutas bajo la luz de una vela, aparecían sucesiones de figuras que parecían moverse, como si fueran fotogramas de una película. Azéma demuestra con sus investigaciones lo que podríamos considerar como una especie de “protocine”.
Representaciones de la luz solar.
Es a partir del Siglo XIV cuando empezamos a encontrar pinturas con representaciones de luz natural. En el siglo XV, Leonardo Da Vinci se convirtió en el maestro del tratamiento de la luz: analizando la transparencia y el comportamiento de la materia, pero es en la escuela flamenca cuándo encontramos a los máximos exponentes de la representación de la luz natural.
Algunos de estos artistas, como era el caso de Rembrant utilizaban una tela a modo de pantalla para reflejar y hacer más difusa la fuente de luz (al igual que hacen los fotógrafos y cineastas en la actualidad), por eso las sombras que observamos en sus cuadros son muy poco definidas, y la atmosfera difusa, para suavizar los contornos.
La evolución de la tecnología y el arte.
El descubrimiento y evolución de las fuentes de luz por parte del hombre: primero el fuego; seguido de la iluminación por gas; la aparición de la luz eléctrica y actualmente lo que podemos considerar luz digital; ha tenido sus repercusiones, modificando los ritmos, costumbres y formas de relacionarnos.
Los pintores impresionistas fueron testigos y reflejaron ese cambio de vida que suponía la sustitución de las lámparas de gas a la luz eléctrica, y la manera en la que esta nueva tecnología revolucionaba el mundo del espectáculo, que supo aprovechar esta situación, alargando las noches y permitiendo redescubrir la vida nocturna bajo un nuevo brillo.
Recordemos algunos datos como que a finales del siglo XIX se presentaba en París un sistema de iluminación global con tecnología eléctrica, o que el Moulin Rouge fue uno de los primeros edificios en contar con iluminación eléctrica en París.
Podemos observar esta evolución en los cuadros de la época: bien en escenas domésticas, con una atmósfera íntima propia de la iluminación cenital de una lámpara de gas en cuadros como After Dinner o The Dinner de Claude Monet, o bien en cuadros que muestran lugares públicos donde aún conviven las dos tecnologías como en El bar del Folies-Bergère (1881) de Édouard Manet. Si nos fijamos podemos ver la luz brillante de unas esferas iluminadas eléctricamente junto a las tradicionales lámparas de araña iluminadas aún con gas.
El espacio urbano cambiaba su aspecto con el cambio de iluminación, y con ello las costumbres de los ciudadanos: terrazas que invitan a quedarse; mujeres observando un escaparate iluminado en su paseo nocturno; o las nuevas posibilidades de los espectáculos nocturnos que animan la ciudad; fueron escenas reflejadas por el arte de la época.
“…esta nueva tecnología revolucionaba el mundo del espectáculo, que supo aprovechar esta situación, alargando las noches y permitiendo redescubrir la vida nocturna bajo un nuevo brillo.”