Para llegar a la lámpara incandescente fue necesario crear un ambiente libre de oxígeno para evitar que el filamento que producía la luz se quemara, lo cual se logró introduciendo el filamento dentro de una cápsula de vidrio al vacío. El objetivo se cumplió y la lámpara incandescente se popularizó.
El globo de vidrio al vacío que alberga al filamento incandescente y da forma a la lámpara se llama Bulbo.
Con el tiempo fueron surgiendo diferentes tamaños y formas de bulbos dependiendo de las diferentes potencias y de la cantidad de calor que se producía en cada formato. Fue necesario estandarizar la forma de los bulbos y las bases de las lámparas para hacerlos compatibles con los diferentes elementos de las instalaciones eléctricas.
Existen cientos de formas y tamaños para las diferentes tecnologías utilizadas en la producción de luz artificial. Ya sea que la luz se lograra a partir de elementos sólidos, como los filamentos incandescentes; o a partir de gases, como en las lámparas fluorescentes y de descarga; el vidrio se sigue utilizando para dar forma y albergar a los componentes de los diferentes equipos, cada uno con un nombre distintivo.
Con el surgimiento del LED (Diodo emisor de luz) va dejando de ser necesario conservar los formatos preestablecidos con las tecnologías anteriores, sin embargo, se siguen utilizando pensando en no tener que hacer grandes cambios a las instalaciones para utilizar estas lámparas más eficientes. A este concepto de lámparas se les llama retrofit.
De esta manera es posible encontrar una lámpara LED en formato A19, es decir, se puede encontrar una lámpara con la misma forma y para la misma aplicación, que la que podría tenerse con una lámpara incandescente más común que en México mal llamamos “foco”.