La iluminación es una necesidad para nuestras vidas diarias, pero ¿qué tanto sabemos sobre nuestro consumo eléctrico y el tipo de lámparas?

Quienes vivimos en las ciudades o tenemos acceso a la energía eléctrica, somos usuarios cotidianos de productos de iluminación. Conforme ha pasado el tiempo, esta necesidad ha evolucionado echando mano de productos cada vez más eficientes, más amigables con el ambiente y, en ocasiones, con nuestros bolsillos. Aun así, en ocasiones nos vemos perdidos entre toda la información técnica y las características de sus componentes.

La empresa LEDVANCE realizó un estudio internacional para saber cuánto conocemos sobre las nuevas tecnologías de iluminación y los resultados fueron muy reveladores. Por ejemplo, se confirmó que el LED ha sido un fenómeno revolucionario en el mundo de la iluminación, sin embargo todavía las tecnologías antiguas siguen figurando de forma prominente, pues seguimos usando bombillas — y seguimos llamándoles “focos”—. Aunado a este dato, también se dio a conocer que los usuarios de bajos recursos siguen utilizando las viejas tecnologías y que son las poblaciones más jóvenes, entre 18 a 39 años, quienes junto a los consumidores de mayores recursos están más interesados en la iluminación inteligente.

Existen aspectos que todos consideramos a la hora de comprar un luminario, como el precio, que según el estudio es la primera característica que tomamos en cuenta.

 

Seguido de la eficiencia energética y el tiempo de vida del producto. Lo interesante es que los jóvenes se fijan más en el diseño y el desempeño en general, mientras que los usuarios con más edad son quienes toman más en cuenta el precio y la duración de sus fuentes luminosas al igual que los usuarios con menos ingresos, contrario a los que perciben un ingreso más alto para quienes la estética en un luminario es muy importante.

Este estudio deja al descubierto el desconocimiento de los consumidores en cuanto a los aspectos técnicos de la iluminación, sin poder precisar qué es un Watt, un Kelvin o un lumen y, como consecuencia, todos los encuestados se equivocaron al menos una vez al momento de elegir el luminario adecuado para sus necesidades.

Otro dato muy importante que arrojó esta investigación, es que los consumidores no conocen los efectos que la luz tiene sobre el cuerpo o — peor aún — que no creen que la luz tenga influencia sobre el cuerpo humano. Sin embargo, sí creen que la luz artificial puede estimular el cuerpo, es decir, consideran que la luz del día a día no les afecta, pero ya en el antro y entrados en la fiesta, hasta ayuda a elevar el espíritu.

 

 

El estudio concluye que es responsabilidad de la industria de la iluminación dar a conocer la importancia de conocer los beneficios de una buena iluminación de manera colectiva e individual, los beneficios de conocer los ciclos biológicos y cómo influyen en nuestro humor y nuestra vida cotidiana.

Y tú, ¿cuánto sabes de iluminación?