Ya sabemos que el secreto de la eficacia energética radica en tener más luz por menos Watts y también hemos entendido que la elección de la fuente de luz adecuada no depende únicamente de su consumo eléctrico; es por ello que hemos creado este artículo, para conocer qué hay más allá del ahorro en las principales tecnologías utilizadas para la iluminación.
Si alguna vez te preguntaste porqué existen tantas tecnologías diferentes para producir luz artificial, he aquí algunas de las razones:
Empecemos por explicar la selección de los distintos formatos de lámparas que aparecen en la tabla.
- Las tecnologías seleccionadas son: incandescencia, incandescencia halógena, vapor de sodio, descarga, fluorescencia y LED. Cabe mencionar que la lista no incluye luminarios LED integrados, sólo incluimos lámparas.
- Los formatos que se presentan son los más comunes para cada tecnología y la comparación se hizo entre lámparas similares en los datos que aparecen en los catálogos tomados como referencia.
Partimos de la lámpara incandescente en formato A19 porque es la referencia base para medir la eficacia energética de otras fuentes luminosas y también porque es el formato más popular en el mercado. En este caso, elegimos la versión de mayor potencia disponible: 40W.
La lámpara incandescente fue la fuente luminosa más común en la mayoría de los hogares antes de la aparición de las lámparas fluorescentes autobalastradas. Se caracteriza por transformar la mayor parte de la energía consumida en calor, sin embargo tiene un excelente Índice de Reproducción Cromática (IRC).
En el caso de las lámparas incandescentes halógenas, aparecen tres formatos diferentes: A19, MR16 y AR111. Formatos que son utilizadas principalmente en iluminación de espacios de venta y residenciales, además son formatos disponibles en versión retrofit (modelos de remplazo directo) en LED.
La lámpara A19 halógena es muy parecida a la incandescente, la diferencia radica su mayor eficacia energética. Las otras dos son lámparas son las MR16 y AR111 que tienen un reflector integrado y diferentes ángulos de apertura. Estos tres casos son las de mayor potencia en las fuentes consultadas.
La lámpara de vapor de sodio es una lámpara de descarga. Su importancia radica en que es la más eficaz en toda la tabla: más de once veces mayor comparada con la incandescencia, sin embargo, destaca por su deficiente reproducción cromática. Esta lámpara se utiliza regularmente en iluminación urbana. Seguramente has vivido la experiencia de pasar por una calle en donde todas las cosas se ven en un tono naranja, incluso los árboles, pues esa luz proviene de una lámpara de vapor de sodio.
La lista incluye a la Lámpara de Descarga de Alta Intensidad (HID) por ser la que emite el mayor flujo luminoso, también es la de mayor potencia y la segunda con mejor eficacia energética y aunque su IRC está muy lejos del tono naranja del vapor de sodio todavía deja mucho que desear. Estas lámparas se usan en iluminación urbana, estacionamientos y en algunas aplicaciones industriales. Existen lámparas de descarga en muchos formatos y potencias diferentes.
Las lámparas fluorescentes son, por definición, lámparas de descarga de baja presión pero tienen su propia sección en los catálogos profesionales de lámparas. Incluimos dos formatos diferentes: T5 de 25W y fluorescente compacta integrada de 23W. Destaca la diferencia entre la eficacia de ambos formatos, ya que la fluorescencia lineal es superior a la compacta por un 40%. También conocidas como “ahorradoras” son el tipo de lámparas más utilizadas actualmente en México. Útiles para iluminar todo tipo de espacios siempre y cuando no se requiera una excelente reproducción cromática.
Finalmente presentamos las lámparas LED en cuatro formatos retrofit diferentes, es decir, son lámparas para sustituir directamente a tecnologías anteriores. La tabla muestra que los LED son indudablemente más eficaces que la incandescencia sin embargo no superan a esta tecnología en reproducción cromática. Comparando a la fluorescencia y el LED en formatos tipo T (tubulares), resultan ser bastante similares en eficacia y reproducción cromática.
La tecnología LED sigue en desarrollo, ya existen marcas que ofrecen LED con una eficacia superior a 120 lm/W. Esta es la razón por la que podemos verlos en todo tipo de aplicaciones, sin embargo, no es razón suficiente para usarlos de manera indiscriminada. Es recomendable elegir con cuidado una lámparas LED pues sus características, precio y calidad pueden variar mucho de una marca a otra.
No hemos hablado del precio de un LED, sin embargo es importante destacar que, en la mayoría de los casos, el costo es directamente proporcional a la calidad de la fuente luminosa.
Vale la pena hacer estas comparaciones para estar seguros de que estamos adquiriendo la tecnología más adecuada para cada aplicación. A nadie le gusta pagar mucho y recibir poco y algo es muy cierto: no vale la pena sacrificar el confort visual por gastar un poco menos.
Fuente de imagen:
Dichro. PafGadget
© CC – (pafgadget en Flickr.com) 2011
Fuente de ilustración:
Marcos Martínez
(si, también hago ilustraciones 🙂 )