Si pensábamos que la función de la luz era solo para iluminar espacios, estábamos equivocados. Los fabricantes trabajan día a día para lograr crear nuevas tecnologías dentro del mercado de la iluminación que involucren todas las áreas de la vida diaria de cada usuario.
Tal es el caso de la nueva tecnología de lámparas de colágeno. El avanzado diseño de lámparas de alta y baja presión cuenta con un espectro único y novedoso. La alta producción de energía permite a la piel la regeneración del colágeno a máxima velocidad por medio de la luz roja.
Pero, ¿Por qué la luz roja?
La terapia de luz roja se realiza a través de tubos fluorescentes especiales. Estos tubos emiten luz roja de longitud de onda específica (entre 630 hasta los 660 nanómetros de longitud). Estas ondas con larga longitud pueden penetrar profundamente la piel, creando reacciones positivas a nivel celular.
La base de este tratamiento es la estimulación de la producción de ATP (adenosin trifosfato) en los tejidos musculares aumentando la cantidad de energía en el cuerpo.
Cada sesión consiste simplemente en enfocar la luz roja generada por una lámpara hacia la parte del cuerpo dónde está localizado el trastorno a tratar. Por ejemplo, enfocar a la cabeza para tratar las jaquecas y migrañas es uno de los usos más habituales de esta terapia.
La luz, es energía. Es una parte del espectro electromagnético que incluye ondas de radio, microondas, rayos X, ultravioleta (UV) e infrarrojos.
Durante mucho tiempo se ha sabido que la luz tiene inmensas propiedades calmantes. Pero fue hasta este siglo que la NASA descubrió que el rojo y los LED infrarrojos reducen el dolor y aceleran la curación, así como todos los poderes terapéuticos. La luz va mucho mas allá de lo que vemos, como decía Octavio Paz “la luz naciente busca su camino”… no solo para iluminar, sino también para transformar nuestra piel.