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Iluminación en oficinas: Retrospectiva

Retrocediendo un poco en la historia, en este artículo se analizan las diferentes tecnologías y técnicas aplicadas a la iluminación en oficinas, entendidas de una manera más amplia como espacios de trabajo.

Los espacios de trabajo han cambiado constantemente desde la popularización de las computadoras como herramienta de trabajo y aún más desde el auge del Internet. Por su parte, el diseño de iluminación en oficinas ha hecho lo posible por mantenerse actualizado a la par de la tecnología empleada para iluminar a los ocupantes de estas áreas corporativas.

Los espacios de trabajo, específicamente las oficinas, han pasado por tres fases importantes: antes de la existencia de las computadoras, durante el uso cotidiano de las computadoras y a partir del uso del Internet. De éstas, las que son importantes para el diseño de iluminación son las primeras dos, porque las actividades que se realizaban en cada fase variaron de manera considerable y como tal, debería apuntarse por un diseño de iluminación distinto para cada circunstancia.

En retrospectiva, el servicio público de electricidad se instaló en la Ciudad de México en el año 1881 y hacia 1930 comenzó la construcción de edificios corporativos, se puede sugerir que las primeras oficinas corporativas en México comenzaron a utilizarse a partir de esa década. Estas oficinas se iluminaban con lámparas incandescentes lo cual representaba un gran consumo de energía eléctrica y se generaba una gran cantidad de calor.

Varias décadas después se comercializó la lámpara fluorescente que ofrecía una mayor eficiencia. La desventaja más importante en ese entonces era su menor índice de reproducción cromática, sin embargo, todo parecía indicar que las actividades realizadas en las oficinas podían prescindir de un buen rendimiento del color.

Estas oficinas corporativas eran muy similares entre sí, solo el tamaño de los escritorios de cada ejecutivo variaba de acuerdo al giro de la empresa, pero la iluminación de estos espacios siempre era la misma. En la mayoría de los casos, se iluminaba el espacio laboral de forma general, es decir, se usaban plafones falsos reticulares con luminarios colocados simétricamente sobre el techo, con una propuesta de 300 a 500 luxes repartidos de manera uniforme. No había un estudio que especificara la iluminación en oficinas.

En ese entonces, la importancia de la iluminación consistía en no crear sombras ya que sus herramientas de trabajo consistían en una superficie plana y un elemento de escritura y, en ocasiones, teléfonos o calculadoras. Ninguno de estos instrumentos se veía directamente afectado por una buena o mala iluminación del lugar, incluso en algunos lugares la iluminación natural de las ventanas era suficiente. En la actualidad, el uso de computadoras y aparatos electrónicos ha cambiado los espacios de trabajo corporativos y, por lo tanto, la iluminación también se ha modificado.

Ahora el factor más importante de la iluminación en oficinas es evitar que la luz se refleje en el área de trabajo: la pantalla de la computadora.

Sin embargo, también se consideran otros factores, hoy en día los diseñadores de iluminación han transformado los espacios de trabajo para brindarles a los oficinistas la luz necesaria al desempeñar sus labores. Además, se busca ofrecer un confort visual a través del juego entre diferentes temperaturas de color e intensidades de luz y así, aumentar la productividad sin perjudicar la salud de los usuarios y, al mismo tiempo, tener control con ayuda de sensores que pueden lograr un ahorro energético significativo.

Antes de comenzar cualquier diseño de iluminación, se debe tomar en cuenta que la luz afecta al ser humano. Una iluminación deficiente puede causar fatiga mental o cefalea como resultado del esfuerzo constante al intentar leer algún documento. Tampoco es raro encontrar colaboradores con fatiga muscular provocada por la necesidad de mantener una postura incómoda o poco natural.

Todas las personas contamos con el ritmo biológico que nos ayuda a regular el ciclo de sueño produciendo melatonina, la encargada de indicarle al cuerpo cuándo es hora de descansar. La luz, tanto natural como artificial, contiene un componente azul que hace que se disminuya la melatonina, esto puede afectar o beneficiar la productividad y salud en el trabajo. Cuando este componente azul se usa durante el día en las proporciones adecuadas, activa los niveles más elevados de efectividad haciendo que los usuarios optimicen su concentración. Si este componente es utilizado en la noche, hace que la persona esté más alerta y sea menos susceptible de cometer errores, sin embargo si esta persona continúa exponiéndose a la luz durante la noche por un largo periodo de tiempo, se afectará su ciclo circadiano, provocando graves consecuencias en su organismo.

Si se toma en cuenta lo anterior, se puede comenzar el proceso de diseño de iluminación partiendo de un correcto balance entre la luz natural y la luz artificial. Por otra parte, las personas tenemos la necesidad básica de estar en contacto con el exterior, pues nos proporciona información relativa del paso del tiempo y los cambios climáticos.

La función más relevante de la iluminación en oficinas es apoyar la tarea del colaborador, por lo que este criterio debe prevalecer a la hora de elegir las soluciones.

Una de las opciones para tener una iluminación adecuada en un edificio de oficinas, es dividir el espacio por áreas y enfocar la iluminación a cada actividad. Por ejemplo, la recepción suele ser un lugar que aporta identidad visual, por lo tanto tiene que ser atractiva, en este caso la función de la iluminación es comunicar. En los pasillos, lo importante es tener un buen reconocimiento de rostros, es ahí donde se generan los encuentros informales y la función de la iluminación es facilitar la comunicación verbal.

Los espacios de trabajo han sufrido muchos cambios durante los últimos 100 años y la función del diseñador de iluminación es adaptarse a estos. Las oficinas pasaron de tener escritorios orientados en una misma dirección en los que se realizaba trabajo individual y había una iluminación general, a espacios flexibles de trabajo colaborativo y espacios recreativos con una iluminación que se enfoca a cada área de diferente manera.

En los últimos años, se ha logrado una gran mejora en los espacios de trabajo gracias a los avances tecnológicos y estéticos de la iluminación. En un futuro muy cercano, las oficinas corporativas favorecerán el trabajo colaborativo a través medios digitales y se usarán principalmente como espacios de reunión, tanto presencial como virtual, en este sentido, la iluminación debe ser adaptable a los cambios.

 

SOBRE LA AUTORA

Ana Cristina Bueno es arquitecta y también egresada de la Especialidad en Iluminación de Interiores de CENTRO de Diseño, Cine y Televisión.

Este artículo fue desarrollado como un ensayo dentro del Seminario de Cultura de la Luz y Actualidad de la Iluminación de la Especialidad en Iluminación de Interiores de CENTRO.

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