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LEDcito y las habichuelas mágicas

Grow Lighting

Menor costo energético, menor superficie de desplante para el sembrado y la posibilidad de acercar los cultivos al área de consumo, son factores por los cuales los sistemas grow lighting están ganando terreno en la industria.

Aunque la investigación y desarrollo del grow lighting —o luz de crecimiento— no es algo exclusivo de la era de la tecnología LED, ésta ha propiciado grandes avances en la metodología y, junto a su bajo consumo energético y facilidad de selección de ondas electromagnéticas, está favoreciendo esta técnica de cultivo abaratando costos y volviéndola cada día más rentable.

La luz de crecimiento es un método de cultivo de plantas donde se usan fuentes de luz eléctricas para proveer el fotoperiodo adecuado para cada tipo de especie. El fotoperiodo es el conjunto de procesos que llevan acabo las plantas tanto durante su exposición a la luz, como durante la ausencia de ésta.

 


En este tipo de cultivos se regula el crecimiento y reproducción de cada especie. Entre los parámetros que se toman en cuenta están: los tiempos de exposición a la luz, la potencia de la fuente luminosa, el espectro de luz utilizado y la temperatura de color con la cual se bañará el plantío. Estos parámetros variarán dependiendo de cada planta que estemos germinando, inclusive pueden variar durante las diferentes etapas de crecimiento de las plantas.

El objetivo de la luz de crecimiento es recrear, de la manera más eficiente posible, las condiciones ideales para cultivar cada especie.

El uso de luminarios LED en estas técnicas de agricultura he revolucionado la industria. Por ejemplo, la versatilidad de la fuente permite seleccionar las longitudes de onda adecuadas dentro del espectro de la luz que favorezca el crecimiento de las plantas. Generalmente la luz roja y azul son más eficaces para el proceso de fotosíntesis, a comparación de la luz verde, hablando de sistemas RGB.

Si agregamos sistemas de control de iluminación, podremos programar los periodos de iluminación del sembradío, así como la intensidad de la iluminación. Como resultado podemos obtener menores costos de operación —menor consumo energético para obtener los mismos resultados en cosecha—, con un alto control de los ciclos de crecimiento. Incluso se puede acelerar el tiempo de crecimiento, logrando aumentar el número de cosechas comparado con fuentes convencionales de grow lights, tales como luminarios fluorescentes o a base de lámparas de descarga.

Otra gran ventaja de este sistema es poder multiplicar la superficie de sembrado.

Mientras que en un campo de cosecha convencional, la superficie del terreno determina la capacidad máxima de sembrado, en un sistema con luz artificial es posible instalar varias capas de cosecha una sobre la otra y, con lo esbelto de los equipos LED, es posible crear en una pequeña área de desplante, una torre de cultivo en una fracción del espacio necesario en campo.

 


No cualquier LED es ideal para esta técnica, los luminarios ideales deben brindar el mayor control posible al agricultor, pero también brindar beneficios al desarrollo del sembradío. Los luminarios que incrementan la productividad del huerto urbano proveen al ecosistema una mayor radiación activa fotosintética —PAR por sus siglas en inglés—, así como un control preciso de los ciclos día-noche con simulación de amanecer y atardecer.

La ONU pronostica que para el año 2050, 66% de la población mundial vivirá en entornos urbanos. Con los campos cada vez más vacíos y las grandes ciudades más pobladas, estos sistemas de cultivo podrían ser una solución efectiva y competitiva para generar nuevos espacios de agricultura, tanto zonas urbanas como de difícil acceso, abaratando o eliminando costos de transportación y ofreciendo productos de calidad y frescura sembrados directamente en las zonas de consumo.

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