Pocas cosas me hipnotizan tanto como los fenómenos de luz natural, seguro alguna vez haz estado más de unos minutos contemplando un manto de luciérnagas o una medusa.
Hay muchísimos animales u organismos que poseen este interesante fenómeno llamado bioluminiscencia, que se produce por la reacción química de una proteína, una encima, oxígeno molecular y un trifosfato.
Esta reacción química se produce en colores distintos, es por ello que si revisas imágenes de medusas, peces, calamares o algas bioluminiscentes encontrarás diferentes tonos y colores de estos espectaculares seres. El resultado es una sustancia llamada luciferina, la buena noticia es que a diferencia de la mayoría de los procesos químicos, éste no produce calor y genera suficiente luz para ser detectada por el ojo del ser humano.
Un inquieto grupo de investigadores franceses imaginaron una ciudad iluminada con luz viva que funcione sin consumo de electricidad.
Al día de hoy Glowee ha conseguido modificar bacterias genéticamente para que tengan ésta característica bioluminiscente. Las bacterias que eligieron son inofensivas para el ser humano, a la fecha han conseguido que su brillo dure un par de horas. El nuevo reto es prolongar la vida de las bacterias para que su luz dure hasta un mes.
El equipo de Glowee espera que dentro de un año se puedan ya iluminar fachadas, estaciones de autobuses y monumentos con esta solución. La idea es suministrar las bacterias luminosas mensualmente. Por su parte, los clientes ya no pagarían luz eléctrica, sino que ¡comprarían bacterías luminosas! La idea más atractiva es la reducción de contaminación lumínica y la reducción de emisiones de C02
La Información completa, detalles de premios obtenidos y fondeadora de ésta startup la puedes encontrar en www.glowee.eu.