¿De dónde salió este mundo de la luz? ¿Es una secta o solamente un grupo de enloquecidos por ella? Antes de hacer tantas preguntas, empecemos por entender ¿qué es la luz?
Mi reto más grande como profesora fue compartir la pasión que siento por la luz a mis alumnos. Nada fácil, porque se tiene que transmitir esa sensibilidad de ver la luz como arte y como el elemento clave para transformar espacios.
En mi primer día de clases la primera imagen que proyecté fue una vista de Las Vegas por la noche. ¿Es un exceso de luz?, ¿un exceso de colores?, ¿es acaso un show? La luz puede provocar la transformación de un espacio pequeño o de una gran ciudad, ¿por qué?
Porque la luz cambia espacios, crea emociones y también sensaciones. Es por ello que la sensibilidad de entenderla nos brinda la capacidad de encontrar magia en todos los rincones bañados por la luz.
La luz siempre ha tenido un papel protagónico en la arquitectura, era una fiel aliada de Luis Barragán y por su parte Le Corbusier decía que “Arquitectura y luz son dos conceptos que siempre van unidos”.
¿Cuál era su secreto? ¡Claro! Ellos la conocían bien, sabían cómo sacarle provecho y cómo se comportaba.
Gracias a apasionados como Barragán y Le Corbusier, la luz ha empezado a tomar poco a poco su papel dentro de las universidades, y se le ha dado el lugar que le corresponde.
Alguna vez un alumno me pregunto ¿cuál es la clave para lograr un buen diseño de iluminación? La respuesta parece sencilla si entendemos que la tecnología no resuelve la iluminación, el secreto está en saber las necesidades del usuario final y saber tener el control de la luz. Cada día se reclaman más y mejores propuestas de iluminación, que mejoren la percepción de los espacios donde vivimos, y así, ofrecer propuestas de iluminación que lleven implícitamente la emoción y la magia que la arquitectura busca.
Los diseñadores de iluminación deben ser capaces de ver más allá de la tecnología y entenderla como un medio, un recurso que debe usarse sabiamente.
El día en que entendamos que la luz no es un lujo, sino una necesidad, encontraremos la magia en cada espacio que toque la luz.