El ahorro de energía y la eficiencia energética, siempre han sido un tema importante a debatir en la industria de iluminación, derivado por la elevada demanda de energía para el consumo humano.
Muchos traducen esto en una simple ecuación de lúmenes/watt, suponiendo que con la mera implementación de fuentes de luz de bajo consumo, un proyecto será energéticamente eficiente. Los profesionales de la luz, sabemos que esto no es así y que, sin importar la fuente de luz, el diseño de un luminario, su posición y su operación, son los principales factores para determinar la eficiencia de un proyecto de iluminación.
Debemos tomar en cuenta los siguientes elementos para poder garantizar la eficiencia de un sistema de iluminación:
– Difusor. Ya sea que se trate de un luminario decorativo con pantalla, un downlight para iluminación general, o un proyector para iluminación de fachadas exteriores, es común que se utilice algún elemento difusor, ya sea para difuminar la luz y ofrecer un buen confort visual o para proteger la lámpara y demás elementos eléctricos. Este tipo de difusores pueden disminuir más de un 30% la cantidad de luz que emita la lámpara, restándole eficiencia al diseño del espacio.
– Reflector. El reflector es la parte del luminario que dirige, concentra y refleja la luz emitida por la lámpara en una dirección y ángulo de apertura definido. Dependiendo de la aplicación, el ángulo de apertura y la dirección de la luz son información fundamental para seleccionar el luminario adecuado. Si no se toman estos factores dentro del diseño del espacio, aunque el luminario sea muy eficiente, utilizarlo en el espacio o la posición incorrecta puede hacer que el proyecto se vea afectado negativamente y tengamos que utilizar más luminarios (generando mayor consumo) que si hiciéramos la selección correcta desde el inicio.
– Control. Los dimmers o atenuadores de luz son sistemas electrónicos que ayudan a manipular la cantidad de luz que emite una lámpara para ajustarse a diferentes necesidades de un mismo espacio. Desde crear ambientes más íntimos o luminosos, hasta aprovechar al máximo la aportación de luz natural en diferentes momentos del día.
Lo importante para integrar sistemas de automatización es aprovecharlos para hacer lo más elemental: apagar la luz cuando nadie la necesita.
Con esto no queremos decir que un proyecto de ahorro de energía no deba contemplar fuentes de luz eficientes, al contrario; sin embargo, para los profesionales de la luz, esto no debe ser un tema limitativo a y obligarlos a elegir determinado tipo de fuentes. Lo que es imprescindible es conocer las ventajas de los luminarios con diseños ópticos específicos.