Era una tarde de abril, como la de hoy, pero en el año 2014. El cielo estaba pintado con tonos grises azulados, el sol brillaba y la lluvia caía, era una de esas tardes típicas de la Ciudad de México: confusas, pero vivas, tardes que añoro.
Me encuentro en la plaza Río de Janeiro, del lado Este. Está plantado uno de los pocos edificios que permanecen inmortalizando a la colonia Roma de principios del sigo XX; bello y voluminoso, que ahora funciona como la Galería OMR. Dentro resguarda Double Stuck (1970) del gran maestro James Turrell.
Al ingresar a la galería, un pequeño pasillo me dirige hacia Double Stuck. Al final de este, una luz rosa se escapa y baña sutilmente el espacio que me rodea. Mi instinto sigue esa luz y finalmente me encuentro dentro. Lo primero que aclamó mi mirada fueron dos rectángulos luminosos localizados al fondo de la sala, a la izquierda rosa y a la derecha azul. Los rectángulos, pareciera que fueran lienzos resplandecientes integrados a los muros, o un muro con un espacio en forma de rectángulo que emite luz.
La luz proveniente de estos rectángulos es completamente difusa y uniforme, pareciera que en la parte exterior se encuentra algún material translúcido para poder crear este efecto. Al acercarme al rectángulo rosa y estirar la mano hacia él, sentí un gran vacío y desconcierto; en ese momento, mis ojos ven una membrana tangible en el rectángulo y mis manos sienten vacío.
La luz rosa y la luz azul provienen de la nada hacia la nada y hacia mí.
Permanecí junto a luz rectangular observando sus adentros, mis ojos no encontraban dimensiones ni limites, solo luz y vacío. Por más que buscara, solo veía ese vacío de color profundo e infinito que mareaba —mirar mucho tiempo al vacío causa vértigo—. La noción del espacio y del tiempo se pierde cuando las realidades no coinciden. Mis manos, mis ojos y mi mente tienen su realidad y su verdad al mismo tiempo, y ninguna es absoluta. La no-verdad, el no-espacio y las multi-realidades crean pensamientos sin palabras, sin secuencia, vacíos existentes, vacíos reflexivos, como en tiempos actuales, tiempos de pandemia.
El arte es para mover la conciencia y crear mejores seres humanos, más sensitivos, más empáticos, más conectados. Si no es para esto, entonces ¿para que sirve el arte?
«My work has no object, no image and no focus. With no object, no image and no focus, what are you looking at? You are looking at you looking. What is important to me is to create an experience of wordless thought.»
James Turrell