¿Alguna vez te has sentido bienvenido en un restaurante o más relajado al llegar a un espacio? Es posible que esto sea gracias al diseño de iluminación. ¿Puede un diseñador lograr que la luz marque la diferencia y fabrique experiencias únicas?
El diseño de iluminación, como disciplina profesional u oficio en nuestro país, se desarrolla cada vez más rápido ya que los arquitectos o jefes de proyecto consideran que la contratación de un especialista en iluminación marca la diferencia en cuanto a los resultados a mediano y largo plazo, en los que se ve la capacidad del diseñador al crear un proyecto sólido con base a los conocimientos técnicos intrínsecamente ligados a una habilidad conceptual que se traduce en un valor estético y funcional.
Si quieres ser un diseñador de iluminación debes comprender en primera instancia, que la luz es algo que se encuentra todo el tiempo a nuestro alrededor y que rige nuestra vida incluso en aspectos que no imaginamos y, que para manipularla de manera correcta, es necesario echar mano de muchas otras disciplinas como la luminotecnia, la ergonomía y recientemente, la electrónica.
El mundo de la luz se mueve vertiginosamente, las marcas, soluciones y técnicas de iluminación avanzan mientras lees esto y, definitivamente, es un mundo apasionante que representa nuevos retos como la actualización y formación continua que te permita estar al tanto de los avances en la iluminación.
Una de las cualidades más importantes con las que debes contar para dedicarte al mundo del diseño de iluminación es el trabajo en equipo, ya que esto es algo primordial para estar en comunicación con las personas de otras áreas que se relacionan con la luz, así como saber escuchar y comunicar aspectos técnicos y planteamientos conceptuales.
Entender el trabajo de un diseñador de iluminación es complejo en un principio, cada caso es diferente y especial en cada diseño.
La luz es un elemento que no se percibe hasta que impacta en un objeto o en una superficie y el trabajo de un diseñador de iluminación consiste en aprovechar esa cualidad para crear jerarquías, crear interacciones y diferentes atmósferas, diseñar espacios únicos que comuniquen y armonicen de tal manera que cada uno sea una pieza terminada.
Un diseñador de iluminación debe ser una persona que entienda y guste estar al tanto de la actualidad del mundo de la luz y sus efectos fisiológicos y emocionales. También es primordial saber cómo desarrollar la mejor solución considerando el mercado, la variación en los costos y conocer cuáles productos se adaptan mejor al presupuesto asignado sin olvidar que el resultado final no debe impactar de manera negativa el medio ambiente.
El conocimiento técnico es algo que puede ser adquirido, pero el talento es algo diferente. El contar con un diseñador de iluminación puede ser el toque que lleve un proyecto de ser algo bueno a algo extraordinario.