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Disección luminosa

Es difícil imaginar cómo podemos utilizar un luminario sin detenernos a pensar en la fuente de luz que utiliza.

Los luminarios profesionales, también conocidos como de alta especificación, suelen incorporar ópticas diseñadas para trabajar con un tipo de lámpara específica que debe ser colocada en una posición particular para lograr que el haz de luz se emita de la manera en la que fue diseñado.

Sin embargo, siempre tenemos la libertad de reemplazar la lámpara por una diferente, ya sea con mayor o menor consumo, diferente temperatura de color o mejor flujo luminoso y colocarla en la misma posición para continuar gozando de la iluminación tal como la necesitamos, sin necesidad de reemplazar el luminario completo.

Pero ¿qué pasa con los luminarios de LED?

Pareciera que los fabricantes de luminarios están empeñados en obligarnos a utilizar luminarios con sistemas de LED integrado sin que entendamos por completo su funcionamiento.

Para ayudarnos a entender la relación entre la lámpara y el luminario en los sistemas LED es importante distinguir cómo podemos integrar esta iluminación en nuestros proyectos.

Podemos distinguir entre 2 tipos de luminarios LED:

Los primeros son equipos que utilizan lámparas LED retrofit que están diseñados para cualquier tipo de lámpara, principalmente incandescentes, y pueden funcionar de manera muy similar si utilizamos lámparas LED, fluorescente o incandescente.

El otro tipo de luminarios, que es el que nos ocupa en este post, son los luminarios con sistemas de LED integrado. Para entender mejor su funcionamiento, primero veamos la anatomía de estos equipos:

Anatomía de un luminario con sistema LED integrado. Imagen cortesía de Industrias Toljy.

Como vemos en la imagen, un luminario con LED integrado se compone de los siguientes elementos:

La forma y materiales del cuerpo del luminario son fundamentales para su funcionamiento pues, aunque tenemos la idea de que los LED “no generan calor”, en realidad nos referimos a que no lo emiten a través del haz de luz, pero se genera una enorme cantidad de calor por los 3 primeros componentes que mencionamos y para una excelente disipación de la carga térmica (calor) es fundamental lograr el óptimo funcionamiento del luminario.

La disipación del calor se realiza principalmente por el cuerpo del artefacto haciendo de esta característica una de las principales diferencias entre este tipo de luminarios y otro con tecnologías tradicionales.

Por otro lado, los luminarios con LED integrado están diseñados para alojar un sistema LED que emita una cantidad de luz específica, misma que va a generar una carga térmica que debe ser disipada en su totalidad a través del cuerpo que lo contiene. Si utilizamos ese mismo sistema LED en otro luminario, posiblemente no funcione de la misma manera y se podría averiar debido al sobrecalentamiento 🔥💡🔥; o bien, podría darnos mucho menos luz que la del sistema LED con el que estaba equipado originalmente debido a que estaba diseñado para otro funcionamiento.

Lo mismo podría pasar si cambiamos el sistema LED de nuestro luminario por otro que consideremos “mejor” pues la disipación de calor no necesariamente será igual. Lo mismo pasaría con el sistema óptico, un reflector o una lente diseñada para un arreglo de LED particular, difícilmente funcionará con algún otra disposición de los chips LED.

Así pues, la relación lámpara-luminario en los sistemas con LED integrado, se vuelve tan estrecha que no podemos pensar al uno sin el otro. Ni al momento de especificarlo ni mucho menos durante su operación, lo que nos obliga a cambiar el luminario un vez que se haya cumplido su tiempo de vida.

¿Es mejor opción utilizar luminarios con LED integrado o con lámparas LED retrofit?, eso es decisión de cada uno de ustedes, amigos diseñadores; solo nos queda recomendarles que se acerquen con marcas profesionales y serias para evitar que sus diseños se queden en la umbra.

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