«Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-ser, intermezzo».
—Gilles Deleuze
La edición 2020 del Día Internacional de la Luz quedará en la memoria pública como un ejercicio sin precedentes.
Este año, en todo el mundo hubo que adaptar la celebración del Día Internacional de la Luz a un formato digital, desde casa y atendiendo mundialmente a la crisis sanitaria que atravesamos, la cual cambiará las cosas probablemente para siempre, se respira un antes y un después.
México tiene una presencia relevante cada año, ya que gracias al impulso del Nodo Nacional a cargo de la Dra. Ana María Cetto Kramis y la Mtra. Josefina Pérez de Celis en el Nodo Internacional, junto a John Dudley y otros actores, desde el 2018 podemos celebrar anualmente desde la horizontalidad.
Por proclamación de la Unesco, en el 2018 se sentó el precedente y, año con año, abordamos la luz como tema central con nuevos y más actores, pues la celebración lleva implícita una invitación plural.
¿Qué hay detrás del logotipo del Día Internacional de la Luz?
El logo está traducido a 33 idiomas y fue diseñado por SPIE International Society for Optics and Photonics. Compuesto por un sol —la principal fuente de luz— y 17 triángulos de colores, cada uno relacionado con la agenda 2030 de la ONU. La agenda incluye las 17 problemáticas globales que necesitan ser abordadas para garantizar un planeta sostenible y apto para todas y todos, en donde las garantías de la Tierra y las personas se respeten, un mundo donde quepamos todas y todos, sí, que nadie se quede atrás. A estas problemáticas la ONU las denominó Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
«Demos una respuesta local a preguntas globales», esa es la invitación anual del Día Internacional de la Luz.
La problemática mundial solo se puede abordar de manera particular, desde lo local, teniendo en cuenta las particularidades de cada región, sus fortalezas, sus retos, su identidad. Dar luz —en un sentido metafórico— al conocimiento sólido en un intercambio entre disciplinas que nos lleve a entendernos mejor, a cuidar y disfrutar más el mundo en el que vivimos; heredar a las próximas generaciones la posibilidad de una mejor calidad de vida con conciencia individual y colectiva basada en el respeto a la diversidad y biodiversidad, por medio de abrir el conocimiento y la participación al público en general.
Derivado de los acuerdos realizados en 2015, Año Internacional de Luz, entre científicos del mundo y la Unesco, se abrió un seguimiento duradero de los logros del Año Internacional de la Luz para elevar el perfil de la ciencia y la tecnología a nivel mundial y destacar sus aplicaciones para estimular la educación, mejorar la calidad de vida en todo el mundo motivando a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en el Agenda 2030 de la ONU. El Día Internacional de la Luz contribuye a construir nuevos puentes entre las disciplinas científicas, la educación y el arte, respondiendo a la necesidad crítica de la ciencia interdisciplinaria y al diálogo mejorado entre ciudadanos, científicos, tomadores de decisiones, líderes de la industria y organizaciones no gubernamentales.
Cabe mencionar que la agenda 2030 está traducida en múltiples idiomas, incluyendo el maya y náhuatl, con la clara intención de inclusión sin vulnerar derechos, que no tiene precedentes y supone una visión para una transformación positiva del planeta con un objetivo: que nadie se quede atrás.
Para la edición 2020 del Día Internacional de la Luz, en México IES, IALD y Colectivo de Diseñadores de Iluminación junto al Nodo Nacional, se habían planteado una agenda amplia para la celebración en donde los ODS fueran el eje rector. Abordar los objetivos desde la luz no solo de forma técnica, sino social, cultural y artística para acercarnos humanitariamente, incluyendo muchos otros actores importantes involucrados en el tema de la luz. Sin embargo, ante las circunstancias que vivimos afrontando la crisis sanitaria mundial, el programa se redujo notablemente, dejando como un antecedente la importancia de colaboración entre asociaciones, colectivos, sociedad civil, universidades, colegios, institutos, etc., ya que la problemática mundial se había agravado de manera muy clara. Ante ello, hay que replantearnos cosas y necesitamos la colaboración de todos.
Recientemente, la organización del pacto mundial en donde firman más de 400 asociaciones mundiales nos invita a reflexionar sobre la problemática que nos deja esta emergencia sanitaria mundial y la cual podría ser un punto de partida para poder afrontar de forma sostenible las consecuencias a todos los niveles de esta pandemia.
Se vuelve imprescindible cerrar filas y responder localmente en el bien inmediato de nuestras comunidades, se vuelve necesaria la participación de las ciencias sociales, las ciencias duras, los economistas, analistas, sociedad civil desde las infancias, la comunidad de sordos, las comunidades indígenas, la comunidad cultural y todo aquel o aquella que pueda compartir su luz de forma técnica, metafórica o social basados en los principios de la Unesco, ciencia, cultura, educación, igualdad y paz. La luz nos une, nos vemos en 2021.
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SOBRE LA AUTORA
Cecilia Ramos, directora del despacho Lux Abyssi, labstudio inter, trans y multidisciplinario.