Mitsue Kido, diseñadora y arquitecta chilena que mezcla en su trabajo: herencia cultural japonesa, origami, materiales innovadores y luz. Es la segunda invitada a los Conversatorios de Luz de Bianca Gortárez.
La primera vez que escuché el nombre de Mitsue Kido y siendo fanática de la literatura japonesa, pensé que me hablarían de un personaje japonés y escucharía algún relato tipo novela de Murakami.
Mi feliz sorpresa fue descubrir que era una joven arquitecta chilena de origen japonés que, al igual que yo, estaba invitada a los talleres de LIGHTROOM/lab en Expo Lighting America 2017, y en ese momento todo cambió.
La conocí personalmente meses después y fui partícipe de su interesante y divertido taller en donde incitó a los invitados a “investigar, experimentar y utilizar todo tipo de materiales que podrían contener luz”.
Cuando le pregunté el significado de su nombre me dijo: “Mi nombre es difícil de traducir literal. El primer carácter (Mi) es de belleza y los otros mezclados son de agua y bahía. Es algo como bahía hermosa y tranquila”. Y así es, su personalidad es justo hermosa y tranquila.
Las formas, las texturas y los pequeños detalles son algunos de los distintivos más claros en la obra de Mitsue a quien, días después de conocerla y en una cena entre amigos, le declaré la admiración que siento por ella, por su trabajo y las ganas que me surgían a partir de ese momento de hacer algún proyecto juntas.
Mitsue es la segunda invitada a Conversatorios de Luz y hablé con ella de luz, de papel, de origami y de su trabajo, mientras me ayudó a descifrar sus procesos a través de estas palabras:
Bianca: Luz
Mitsue: Contemplación – recuerdo sus gestos al hablar de luz.
B: Origami
M: Geometría, estructura – lo hace con los ojos cerrados.
B: Japón
M: Herencia – lo dice con orgullo y emoción.
B: Chile
M: Innovación – más orgullo y más emoción.
B: Destreza
M: Práctica – sus habilidades van más allá de la práctica.
B: Característica
M: Mezcla, mixtura – su origen lo dice todo.
B: Pasión
M: Amor – cambia el tono en que lo dice… sonríe.
B: Estrategia
M: Ir, siempre avanzar – insiste.
B: Inspiración
M: Observación – es una mujer que observa todo lo que pasa frente a sus ojos.
B: Futuro
M: Posibilidades – más mercados, más diseño, más…
B: Don
M: Regalo – acepta el don de la pericia.
B: Destino
M: Múltiple – Chile, México, Italia, Japón, Estados Unidos…
Este Conversatorio de Luz con Mitsue es particularmente interesante porque el modo que encontró para que su trabajo fuera más allá del diseño de un luminario resulta poco ortodoxo, en un mundo en donde seleccionar una fuente de luz y generarle una envolvente se convierte en una práctica cotidiana, sencilla y común.
Retomando sus orígenes, Mitsue decide utilizar la técnica del origami, que consiste en el plegado de papel sin usar tijeras ni pegamento para crear esculturas. En 2015 creó Moshi-Moshi una línea de luminarios que además de tener un diseño geométrico, están hechos de un material muy singular: Papel Piedra (Stone Paper) de origen mineral, lavable, duradero y traslúcido.
Mitsue es arquitecta por la Pontificia Universidad Católica de Chile y estudió diseño de interiores en Parsons The New School for Design. Ejerció poco en la Arquitectura y llegó al diseño sin muchas proyecciones, con la sencilla idea de encontrar algo que tomara menos tiempo al ejecutarse. Su primer proyecto fue un cambio rotundo de escala y comenzó con Piqui-Niqui: “Piqui-Niqui tenía un poco de arquitectura efímera y para eventos. El proyecto consistía en construir estructuras de madera y utilizar objetos de origami como contenedor del cóctel y de esta forma el proyecto mezclaba arquitectura, diseño y catering como una forma de construir la festividad. La búsqueda siguió a través de la materialidad y así comencé haciendo luminarios decorativos con maderas nativas chilenas, origami y papel, de esta forma llegué al diseño de objetos más literal, a este proyecto lo nombré Moshi-Moshi”.
Su trabajo en la iluminación va más allá de la cultura y la herencia, el año pasado estuvo en Japón, en donde fue parte de un programa de diseño y técnicas tradicionales japonesas en colaboración con cuatro artesanos de ese país. Diseñó cinco luminarios que representan la cultura japonesa a través de la deconstrucción de cinco objetos tradicionales nipones. Este proyecto lo ha exhibido durante 2017 y ya prepara una línea comercial relacionada a esta experiencia.
De Santiago a Nueva York, pasando por estancias creativas en Milán y Tokio para terminar en la Ciudad de México, los últimos tres años en la vida creativa de Mitsue Kido han tejido caminos que la remiten siempre a nuevos procesos de diseño, que la llevan a darse cuenta que la interpretación que ella le ha dado al diseño desde su punto de vista latinoamericano, logra generar algo distinto, un parteaguas que comienza a abrirle las puertas en el mercado asiático.
El encanto de Mitsue va más allá su amabilidad al tomarse el tiempo para ser parte de estos Conversatorios de Luz y va mucho más allá de la apasionada cordialidad con la que habla de su trabajo. Tiene que ver con la efusión proyectada en sus diseños hechos con papel-piedra y luz.