El Sol es la principal fuente luminosa que tiene nuestro planeta, sin embargo, exponernos por un tiempo prolongado a él puede traernos consecuencias perjudiciales para la salud.
Por su parte, la luz artificial también tiene efectos nocivos para la salud provocados por la exposición prolongada a radiaciones infrarrojas y ultravioletas. Los daños que estas emisiones causan se pueden observar en materiales como textiles, impresiones y piezas de arte y es la razón por la que hay que prestar atención a la selección de una fuente de luz adecuada.
El nivel de iluminación, también conocido como iluminancia, se mide en luxes (lx) y se refiere a la cantidad de luz que llega a una superficie de trabajo. Alcanzar un nivel de iluminancia adecuado dependerá de la distancia a la que se encuentra la lámpara de la superficie de trabajo además del flujo luminoso y la intensidad de la fuente de luz.
El cansancio de la vista y los daños irreversibles en los ojos son las afectaciones más severas que suelen ser ocasionadas por la mala ubicación de una lámpara o un luminario en un espacio.
El deslumbramiento es una sensación provocada por el exceso de luz que nos provoca una ceguera por unos instantes.
La exposición constante a un deslumbramiento indirecto puede llegar a convertirse en un severo problema para nuestros ojos de la misma manera que los niveles de iluminación pueden afectarnos cuando son demasiado altos o demasiado bajos. Por eso no pierdan nuestras siguiente notas y tips para la elección adecuada de una fuente luminosa.
Si te interesa este tema, tal vez también quieras leer el artículo de “La luz en tu organismo” o la serie de Raquel Quevedo:
La influencia de nuestro entorno en la percepción de la luz Parte 1/3 | Parte 2/3 | Parte 3/3