Rafael Lozano-Hemmer dará luz a las voces de los habitantes en Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas, para visibilizar la unión que una frontera no puede romper.
Por más de dos décadas, el artista contemporáneo Rafael Lozano-Hemmer se ha dedicado a realizar instalaciones públicas de gran escala a través de tecnologías multimedia como robótica, vigilancia computarizada y redes telemáticas. La luz y el sonido, específicamente la voz, han sido sus principales medios de materialización siempre con la finalidad de conectar a las personas entre sí y con su ciudad.
Este 2019, Lozano-Hemmer prepara una instalación de gran escala en una colaboración binacional entre las fronteras de México y Estados Unidos de América. Con Border Tuner, el artista busca enfatizar los vínculos sociales y culturales que existen entre las ciudades de Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas.
La instalación totalmente interactiva funcionará a través de seis estaciones colocadas en el parque El Chamizal en Ciudad Juárez y en la preparatoria Bowie en el El Paso, cada estación con varios proyectores de luz. Estas estaciones tendrán altavoces, un micrófono y un sintonizador para escuchar lo que alguien más está diciendo en una de la estaciones del otro lado de la frontera. Las luces proyectadas estarán constantemente escaneando el horizonte y cuando dos personas sintonicen al mismo tiempo y sus haces se crucen, forman un puente de luz.
Los haces de luz que formarán los puentes efímeros serán visibles en un radio de 10 millas, aproximadamente 16 kilómetros.
Lozano-Hemmer hace posible esta obra gracias a la colaboración de múltiples instituciones y organizaciones civiles que también buscan perpetuar y evidenciar el lazo que sigue existiendo entre las dos ciudades. Cada noche del 7 al 24 de noviembre se activará la instalación, donde además se contará con un programa cultural en el que participarán artistas locales, poetas, beatboxers, historiadores y feministas que contarán la historia real que se vive en esta frontera.
Más allá del interés político y económico que puede representar la zona metropolitana binacional más grande de occidente, estas dos ciudades están unidas por su historia, su cultura, ecosistema y lazos familiares. También conocidas como Las Ciudades Hermanas, Ciudad Juárez y El Paso han formado su historia juntas, creando incluso una cultura propia producto de la mezcla de tradiciones anglosajonas y mexicanas para dar pie a las tradiciones fronterizas.
Es casi impensable que alguna persona habitante de estas dos ciudades no tenga familiares viviendo «del otro lado», ya sea del mexicano o del norteamericano. Por décadas los puentes internacionales han sido la vía de acceso para encontrarse con amigos y familia. La cercanía física que hay entre estas dos ciudades hizo que por muchos años sus habitantes no concibieran la una sin la otra, dando por sentada la inmediatez y parcial facilidad con la que se podía cruzar de un lado a otro. Sin embargo, en los últimos meses la situación política en este punto se ha tornado difícil en un contexto de migración en el que la frontera se hace más marcada, pero el sentimiento de unidad sigue siendo el mismo.
La instalación de Lozano-Hemmer transformará la hostilidad que se vive en los puentes físicos con puentes de luz que amplificarán las voces de los fronterizos haciéndolas visibles. Así, los haces de luz harán tangible una luz que ya existe y se fortalece en la comunidad.