¿Alguna vez has visto una calle iluminada con lámparas de vapor de sodio?
Si has llegado estar bajo una luz de un color naranja muy intenso y que pinta todo en ese tono con aires de antigüedad, entonces tienes la experiencia de estar iluminado con la luz emitida por una lámpara de vapor de sodio. Ese tono naranja tan peculiar es característico de este tipo de lámparas que hace algunos años eran muy comunes en los luminarios urbanos de muchas ciudades alrededor del mundo.
Ese tono naranja se debe a que el espectro luminoso de la lámpara es muy pobre, es decir, de entre todos los colores que componen a la luz blanca, predomina el rango que corresponde al color naranja. Entonces decimos que es una lámpara con un índice de reproducción cromática (IRC) muy bajo, alrededor de 25%.
Considerando que un IRC menor a 79% es bajo, podemos decir que el de una lámpara de vapor de sodio es poco deseable. Su uso se justifica con aplicaciones en donde domina la eficiencia energética sobre la reproducción cromática, en donde el concepto del diseño de iluminación trata de evocar al pasado o que por alguna otra razón se desea obtener ese tono específico.
Aún se pueden encontrar lámparas de vapor de sodio en muchas ciudades, pero es una tecnología que poco a poco se va remplazando por fuentes luminosas que tienen un espectro luminoso más rico, como las lámparas de vapor de mercurio, aditivos metálicos o últimamente LED.
El uso del vapor de sodio permite aprovechar una lámpara con excelente eficiencia energética y un tiempo de vida útil muy largo, que, aunque permite percibir los volúmenes de peatones, vehículos, mobiliario urbano y demás objetos que podemos encontrar en las calles, la sensación de encontrarnos con este tipo de luz puede parecernos algo extraño.
Si te pidieran decir el color de los autos que ves en una calle iluminada con vapor de sodio seguramente sería un logro acertar con precisión a más de la mitad.
Pero no todo es negativo, es precisamente por esos detalles que esta tecnología aún es usada en espacios urbanos con carga histórica. La luz ambar aplicada en barrios donde predomina la arquitectura colonial ayuda a crear atmosferas que evocan al pasado con gran sencillez. Esto también ayuda a establecer límites visuales de zonas específicas, por ejemplo, en un sitio en donde se busca promover el turismo.
Actualmente también existen otras tecnologías de alta eficiencia y con reproducción cromática muy superior al vapor de sodio. Estas fuentes luminosas ayudan a tener una percepción más natural del espacio, por lo que la sensación de seguridad también aumenta.
La elección de la tecnología a utilizar para iluminar un espacio urbano debe considerar las características de cada tipo de lámpara para lograr tener coherencia entre el diseño de iluminación, el diseño arquitectónico y el diseño urbano. Todo depende del efecto que se desea lograr.
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