Gracias a la Agenda 2030 de la ONU y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en esta transición de siglo, se ha redefinido el término sostenibilidad.
El siglo XXI nos ha alcanzado con el vigor de la digitalidad y millones de avances tecnológicos a una velocidad imparable. A su vez, nos estrellaron de frente muchos descuidos humanos que se convirtieron en una gran bola de nieve al intentar encontrar un punto de equilibrio en medio de la transición de siglo.
Hace unas décadas hablar de “sostenibilidad” era un sinónimo casi inmediato de ecología. Sin embargo, en esta nueva era, hablar de sostenibilidad es hablar de integridad. En el año 2015 se marcaron las pautas para atender los principales problemas sociales a nivel mundial y al inicio de 2016 la ONU emitió 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) para unificar criterios y resumir esfuerzos. Estos objetivos han sido encomendados a 150 líderes mundiales, la sociedad civil, todos los sectores de gobierno y áreas de conocimiento para que trabajen de manera interdisciplinaria y logren cubrir la nueva agenda de desarrollo sostenible, denominada Agenda 2030. Muchos de nosotros hemos ya escuchado referencias parciales de ello, sin embargo las parcialidades no son el objetivo real planteado por la ONU. De ahora en adelante, al hablar de sostenibilidad estaremos hablando de estos 17 objetivos integrales.
Por otra parte, la UNESCO ha denominado este como “El siglo de la fotónica”. Hoy sabemos que la ciencia y la tecnología son vitales para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y también lo es la luz y los nuevos descubrimientos que hay en torno a ella. En México somos privilegiados por tener a impulsores mundiales de esta nueva ciencia, como la Dra. Ana María Cetto Kramis quien extiende hacia el compromiso social su impecable trayectoria científica. Sin duda, nuestro país juega un papel importante en este arranque de siglo.
La estrategia de intercambio en el mundo, demanda una apertura para poner los avances tecnológicos al servicio de una mejor vida en esta transición de siglo. Los objetivos de desarrollo sostenible son una gran plataforma para que podamos avanzar hacia el cumplimiento de la Agenda 2030. Aún así, es urgente generar una cultura de paz y cohesión en este siglo fotónico, en este sentido el diseño de iluminación en Iberoamérica trabaja latente sumando esfuerzos y se vislumbra una gran tarea en común.
SOBRE LA AUTORA
Cecilia Ramos, diseñadora de interiores e iluminación, es la directora general de Lux Abyssi, lab-studio de diseño de iluminación. El estudio nació en 2013 como sucesor de Interiores Insitu, a partir de la necesidad de investigar y extender el diseño, no únicamente el rigor metódico, sino con el objetivo de profundizar en el punto que divide la vida humana con el consumo frío, paradójico.
La transdisciplina es uno de los ejercicios principales de Lux Abyssi, desarrollando propuestas a partir del diálogo entre la luz, la historia, la arquitectura, el arte, la ciencia, el quehacer social, el diseño y la tecnología, entre otras.
Bajo la premisa El vacío como objeto, en Lux Abyssi se realizan piezas de autor en donde la plástica de la fotónica está presente. Con su trabajo, Cecilia pretende poner al servicio del público la belleza de la fotónica y su amplitud, no sólo en la colorimetría o temperatura, sino en la densidad y moldeabilidad e incluso, como un material escultórico intangible.