No digan que no se los advertimos: usar luminarios que bañan de pies a cabeza (como en la canción de Maná pero con luz) puede terminar en un susto inesperado si no sabes cómo aprovechar este tipo de luz.
Estamos acostumbrados a ver el mundo iluminado de forma cenital, de arriba hacia abajo ⇣, así es que tenemos una forma preconcebida de percibir los volúmenes. Es por eso que cuando vemos los mismos objetos iluminados de abajo hacia arriba ⇡ la imagen que llega a nuestros ojos puede resultar muy dramática y extraña.
Esta noción preconcebida brinda un potencial muy grande como herramienta de diseño.
Se logran efectos impresionantes, pero los luminarios empotrados en piso tienen la facilidad de convertirse en la peor pesadilla del iluminador ya que requieren de algunas consideraciones especiales para su instalación.
Un luminario de este tipo utilizado de manera incorrecta puede parecerse mucho a esta escena:
Para evitar las instalaciones escabrosas, las características técnicas que el luminario debe tener están relacionadas con la protección contra líquidos, sólidos e impactos. Temas de los que ya hemos hablado en los artículos anteriores de IP e IK.
Otro tema importante con este tipo de luminarios es la disipación de la carga térmica, ya que algunos de estos equipos utilizan tecnologías con una emisión importante de calor. La temperatura puede ser suficiente para provocar quemaduras cuando se tiene contacto directo con el luminario.
Para evitar estos accidentes recomendamos revisar las características de disipación y protección térmica, o utilizar luminarios cuya fuente luminosa sea de baja emisión de calor, como es el caso de lámparas fluorescentes o LED.
Otro de los temas a considerar al momento de elegir un luminario empotrado en piso es la planeación del proyecto. Muchas veces el diseñador no toma en cuenta que un luminario empotrado en piso requiere de un accesorio muy importante: el housing. Este es un elemento que sirve para recibir al luminario y alojar la conexión eléctrica. Ya sea que se coloque enterrado en el piso o ahogado en concreto, debe instalarse antes de colocar el acabado final y debe instalarse sobre una capa de grava y otra de arena para filtrar al suelo la humedad que llegue a acumularse en su interior.
La conexión a la red eléctrica es otro detalle a cuidar, ya que si no se hace una buena conexión, la humedad puede entrar al luminario a través del cableado y afectar a los componentes internos. Para no caer en este tipo de problemas, muchas marcas han desarrollado diferentes métodos de conexión.
La recomendación es muy simple: sigue las instrucciones del fabricante.
Así es, aunque suene absurdo. Muchas de las fallas en luminarios empotrados en piso se deben a una instalación deficiente.
La última recomendación es tener cuidado en la forma en la que se coloca la tapa del luminario. Muchos luminarios tienen un sistema de tornillería para fijar la tapa que sujeta al vidrio o difusor por la parte superior. Ya sea en un luminario lineal o con tapa circular, es importante que los tornillos se coloquen de forma salteada, es decir, no ajustar tornillos contiguos, sino hacerlo de forma discontinua. De esta manera es más sencillo evitar la filtración de líquidos al luminario y alargar la vida de sus componentes.
Recuerda que hay lámparas que pueden fallar cuando se instalan en el ambiente de un luminario cerrado herméticamente. Muchas lámparas LED están diseñadas para trabajar en ambientes ventilados y llegan a producir parpadeos o apagarse totalmente cuando están encerradas. Esto se debe a que sus componentes electrónicos no soportan la carga térmica acumulada.
El diseño de luminarios empotrados en piso hace cada vez más sencillo el uso de estos equipos, no olvides tomar todas las precauciones para su instalación y así evitar que se conviertan en una pesadilla.
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